Nuestra Señora de la SierraPatrona de Moral de Calatrava (Ciudad Real)
En un domicilio particular de Moral de Calatrava se conserva este curioso retrato pintado al óleo sobre lienzo y firmado por el pintor Basilio Bueno en el año 1884.
Si no fuera porque su autor dejó escrito en la parte inferior “Nr. SEra. DE LA SIERRA PATRONA DEL MORAL DE CALATRAVA”, sería difícil identificarla por su aspecto. Se trata por supuesto, de la primitiva efigie de la Virgen de la Sierra, presentada de forma idealizada.
Sabemos que la iconografía mariana de nuestra geografía sufrió, con el devenir de los tiempos, un proceso de evolución y fijación que todavía continúa aunque de forma casi imperceptible debido a la influencia de los gustos estéticos, muchas veces venidos de fuera.
Como característica general de esta pintura, podríamos destacar su estilo sencillo y popular, destinado a satisfacer la devoción de un público poco exigente a nivel artístico.
Lo más llamativo es la ubicación del niño Jesús en el eje central de la imagen y sostenido por ambas manos de la madre. ¿Acaso el pintor se inspiró en grabados o pinturas anteriores, conocidos en su época? Desde luego, esta apariencia no debió causar ninguna extrañeza entre los destinatarios de esta pintura. Conviene citar al respecto un testimonio escrito en 1930 por el franciscano Fray Juan José Fernández García-Ontiveros: “…tiene la Virgen de la Sierra al divino Niño entre ambos brazos, como mostrándolo a los hombres y presentándoselo para que le adoren: que es precisamente la actitud de las imágenes de la Virgen más antiguas del cristianismo”.
Otra curiosidad que presenta esta pintura es que los brazos de la Virgen no asoman por debajo del manto como sería lo más lógico, sino por encima de él. Este detalle parece indicarnos que el artista pintó guiado por su memoria, malinterpretando ciertos detalles formales. En cambio, no dejó pasar inadvertidos otros elementos más superfluos, como bordados, sortijas o pendientes.
Para finalizar daremos un dato que nos transmitieron sus actuales propietarios. Parece ser que este lienzo llegó a estar algo deteriorado y que fue “arreglado” posteriormente. Desconocemos en qué medida este hecho pudo adulterar el aspecto original de la obra.
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