Portapaz de Uclés 
Tesoro Catedralicio 
Ciudad Real

El platero conquense Francisco Becerril, uno de los mejores artistas españoles de la época, labró a mediados del siglo XVI (1565), por encargo de los Caballeros de la Orden de Santiago, una verdadera joya de la orfebrería conocida como el Portapaz de Uclés. Esta pieza de estilo plateresco en plata sobredorada y esmaltada, servía de marco o receptáculo a un bajorrelieve bizantino de jade o piedra serpentina del siglo XI. Fue traído presumiblemente desde Constantinopla durante la época de las Cruzadas. El relieve representaba una “Anástasis” (descenso de Cristo a los infiernos). En la liturgia Católica anterior al Concilio Vaticano II los portapaces servían de pieza ritual en el contexto de la Misa, para simbolizar la paz.

Con motivo de erigirse canónicamente en Ciudad Real la Diócesis Priorato de las Cuatro Órdenes Militares por la Bula "Ad Apostolicam" de Pio IX expedida el 18 de noviembre de 1875, el Monasterio santiaguista de Uclés, donó los bienes de mayor interés cultural que poseía a la Basílica Catedral de Santa María del Prado, pasando a formar parte del Tesoro.

Tras el saqueo de que fue objeto la Catedral de Ciudad Real durante la contienda civil española en 1936, el portapaz desapareció y fueron infructuosas todas las pesquisas realizadas para recuperarlo. Finalmente, tras un azaroso periplo, aparecieron en 1987 14 piezas esmaltadas que formaron parte del portapaz. Hoy pueden admirarse en el Museo Diocesano.

En las fotografías puede verse el anverso y el reverso de la pieza en su estado original.

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(Fotografías obtenidas el día 12 de diciembre de 2020 en: https://elsayon.blogspot.com/2016/10/una-obra-bizantina-de-ciudad-real-y-el.html)