Nuestra Señora de las Nieves
Patrona de Almagro (Ciudad Real)

Sobre la antigüedad de este santuario, todo son conjeturas hasta la fecha. Pero es fácil aceptar que, como otros de la región, deba su existencia al impulso repoblador y estructurador de la sociedad realizado por las Órdenes militares (en este caso la de Calatrava), sobre todo a partir de 1212. Es improbable, por tanto, que pueda remontarse más allá del siglo XIII. Para algunos autores, se trata del lugar denominado en los más antiguos documentos como “Santa María de Torroba”.

La historia del santuario está bien documentada a partir del siglo XVI debido a su estrecha vinculación con el marquesado de Santa Cruz. El gran marino Don Álvaro de Bazán y Guzmán, primer marqués de Santa Cruz y devoto de esta imagen, atribuyó a su intercesión el haber salido ileso de dos impactos de bala turca durante la batalla de Lepanto. Secundando sus deseos, su heredero, Don Álvaro de Bazán y Benavides, y su esposa Doña Guiomar Manrique de Lara, levantaron un nuevo templo sobre la antigua ermita medieval cuya construcción finalizó en el año 1641. A partir de esas fechas comienza para el santuario su época de mayor esplendor, que se extenderá también a lo largo de la siguiente centuria.

En el interrogatorio del Cardenal Lorenzana (1786), se expresa lo siguiente: “Una legua al oriente de esta villa se venera la milagrosa imagen de Nuestra Señora de las Nieves, patrona de ella. (…), cuya ermita es de la mejores y más bien alajadas de la provincia”. Efectivamente, el templo estuvo iluminado por catorce lámparas de plata y poseía ornamentos y pinturas de gran valor histórico y artístico, fruto de las donaciones de tantos devotos a través de los años.

La sagrada efigie debió ser en su origen una talla medieval, cuya iconografía fue adaptándose a los criterios y usos estéticos de cada época; en los retratos y grabados conservados del siglo XVII, vestía ampulosos vestidos de brocado, al modo de las  grandes damas españolas de la época de los Austrias. La tendencia posterior ha sido la de ir simplificando cada vez más su apariencia hasta quedar fijada la que hoy conocemos, en el último tercio del siglo XIX.

La imagen fue destruida en el Ejido de Calatrava en el verano de 1936.

La fotografía que abajo se reproduce fue tomada en la década de 1870.

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(Fotografía: reedición FOTO LUIS. Almagro)