Nuestra Señora de Consolación (de Aberturas) 
Patrona de Valdepeñas (Ciudad Real)

Su denominación más antigua fue “Nuestra Señora de Aberturas”, haciendo referencia al nombre de un despoblado medieval del cual quedó únicamente la iglesia de Santa María. Las tierras de su término fueron repartidas para su aprovechamiento por las poblaciones de Valdepeñas, Moral de Calatrava, Manzanares y Membrilla, que concurrían al santuario en diferentes fechas para celebrar sus respectivas funciones y romerías, siendo esto motivo de discordias y pleitos entre las villas. Ya en 1501, una ejecutoria de la audiencia de Ciudad Real reconoce la jurisdicción de Aberturas a la villa de Valdepeñas, en pleito con la de Manzanares. En 1549 se obtuvo idéntico fallo contra la de Moral. Finalmente, en 1703 el Ejido de Aberturas pasa a ser propiedad definitiva de Valdepeñas y el 2 de septiembre de 1719 se funda una nueva Cofradía en sustitución de la antigua. La Virgen, reconocida ya como Patrona, era trasladada a Valdepeñas todos los años para su fiesta principal del 8 de septiembre y también con ocasión de calamidades públicas. Todo parece indicar que el título de “Consolación” comenzó a usarse durante el siglo XVI, hasta llegar a sustituir a su primera advocación.

El 31 de mayo de 1808, ante la inminente llegada del ejército francés y por temor a una posible profanación, la imagen fue trasladada definitivamente a Valdepeñas y depositada en la iglesia mayor de Nuestra Señora de la Asunción.

En mayo de 1811 mientras permanecía acuartelada en el santuario una guarnición del ejército francés, una mujer conocida por "la fraila", en venganza por la muerte de su hijo a manos de los invasores, se inmoló haciendo volar una importante carga de pólvora en el interior del templo produciendo la muerte a un centenar de soldados. Como consecuencia de este hecho, el edificio quedó en ruinas y fueron infructuosos los intentos posteriores para su reconstrucción.

La sagrada efigie fue profanada en el verano de 1936 sufriendo importantes daños. Terminada la guerra, se restauró en los talleres de escultura de José Tena en Valencia.

En la presente litografía de mediados del siglo XIX, se presenta la imagen dispuesta en sus andas procesionales de plata provistas de dosel, que estuvieron en uso hasta 1910. Como puede apreciarse, su iconografía no ha variado apenas desde aquella época. Al pie de la lámina puede leerse la siguiente leyenda:

“IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE CONSOLACIÓN, PATRONA DE VALDEPEÑAS, EN LA MANCHA. LOS COFRADES LA DEDICAN AL SUMO PONTÍFICE PIO IX QUIEN POR RESCRIPTO SANTÍSIMO BENIGNAMENTE LA ACEPTA, Y CONCEDE INDULGENCIAS A LOS QUE OREN ANTE EL ORIGINAL”.

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(Litografía: colección particular. Valdepeñas)