Nuestra Señora del Consuelo
Parroquia de Santa Catalina
La Solana (Ciudad Real)

De pocos son conocidas en la actualidad las apariciones marianas ocurridas en la capilla de San Ildefonso del templo parroquial de Santa Catalina, en La Solana. Comenzaron el 25 de mayo del año 1850, y tuvieron como protagonista a María Antonia Parra García y Naranjo, joven huérfana de carácter piadoso y caritativo, que se ganaba la vida como panadera en su propia casa. Los hechos recibieron el respaldo del clero local, conocedor de la vida y circunstancias personales de la joven, así como de las prodigiosas curaciones que tuvieron lugar casi inmediatamente. Don Eusebio María Morales, párroco, consignó por escrito todos estos acontecimientos, compuso una novena y mandó imprimir estampas a petición de la Virgen. Su devoción se extendió rápidamente con el beneplácito de algunos prelados, encargándose al imaginero Don Salvador Páramo una imagen que fue colocada en la capilla de San Ildefonso. Dicha efigie fue destruida en 1936, salvándose la imagen del Niño Jesús que fue incorporada a la actual imagen tras la guerra.

María Antonia terminó sus días como religiosa en el Monasterio de las Hermanas Concepcionistas Franciscanas de Manzanares, con el nombre de Sor María Antonia de Jesús. Por indicación de su director espiritual, dejó constancia escrita de sus experiencias místicas y murió en olor de santidad el lunes 16 de enero de 1860.   

La litografía iluminada que abajo se reproduce es del segundo tercio del siglo XIX, aunque no consta ni su autor, ni la firma impresora. Representa la principal de las apariciones de la Virgen a María Antonia, en presencia del ángel “Adelín”. La vidente extiende sus manos y recibe los estigmas de la Pasión. Aparece escrito el siguiente diálogo: Jesús: “Mira cuánto me ofenden los hombres. Recíbeme en tu corazón”. María Antonia: “Descansa, Dueño mío, en mi corazón”. María: “Recibe a mi Hijo y consuélate”

Al pie de la lámina puede leerse la siguiente leyenda: 

“NUESTRA SEÑORA DEL CONSUELO. Por el Sr. Patriarca de las Indias D. Antonio de Posada Rubin de Celis, hay concedidos 80 días de indulgencia al que rezare un Avemaría, una salve o el Magníficat delante de esta Santa Imagen. Por Monseñor Brunelli, Nuncio de S. Santidad en España, 50 días de indulgencia, rezando una salve y el acto de contrición por una vez al día. Por el Sr. Cardenal Arzobispo de Toledo D. Juan José Bonel y Orbe, 100 días por cada salve, y otros 100 por los que practiquen la novena”.

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(Litografía: colección Arnelio Gómez Torres)