Escapulario de Nuestra Señora de la Sierra
Patrona de Moral de Calatrava (Ciudad Real)
El escapulario constituye uno de los elementos del hábito o vestimenta de ciertas órdenes monásticas o congregaciones religiosas. Consiste en una pieza de tela rectangular y alargada, provista de una apertura central por donde se introduce la cabeza, descendiendo la parte delantera sobre el pecho y la trasera sobre la espalda.
Dejando a un lado las tradiciones que atribuyen su origen nada menos que a los profetas del Antiguo Testamento, lo cierto es que apareció muy pronto como prenda de trabajo entre los primeros monjes cristianos. Con el devenir del tiempo y la sistematización de la vida religiosa, se le dio un significado teológico más profundo, como símbolo del yugo (ley) de Cristo.
Paralelamente a su uso en los ámbitos monásticos, apareció también un elemento devocional directamente inspirado en esta prenda. Al objeto de poder ser usado por personas piadosas, su tamaño se redujo adoptando la forma de dos piezas rectangulares de tela unidas por dos cintas o cordones que descansaban sobre los hombros (en latín “scápula”), quedando una pieza sobre el pecho y la otra sobre la espalda. El más conocido de estos escapularios es el de la Virgen del Carmen, por ir asociado a un privilegio o indulgencia por el cual, las personas que lo visten y cumplen una serie de requisitos, serán liberados del purgatorio el sábado siguiente a su muerte.
Existieron también otros escapularios diferentes en cuanto a su color y simbología, por su vinculación a órdenes religiosas o devociones particulares, como es el caso de este escapulario de la Virgen de la Sierra.
Ignoramos la época de su datación, aunque por su aspecto y diseño bien podría ser del último tercio del siglo XIX y usado quizás en una época en la que todavía no habrían sido fundidas las primeras medallas para los miembros de la Hermandad.
Está elaborado con dos piezas rectangulares de cartón, forradas con raso de seda. Ambas piezas están bordadas con diferentes tipos de canutillo y hojilla de plata o latón dorado, lisos o formando cordones, todo ello guarnecido con cuentas de cristal de diferentes tamaños y colores así como lentejuelas metálicas. La pieza delantera representa una flor esquemática en cuyo centro se ha insertado una fotografía de la Virgen de la Sierra tomada en el siglo XIX y recortada para este fin. En la pieza opuesta está representado el anagrama del nombre de María.
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