Nuestra Señora de las Cruces
Patrona de Daimiel (Ciudad Real)
El santuario tiene su origen, como otros muchos de la provincia, en la época de la repoblación cristiana de estas tierras, en un lugar denominado “la Tamarosa”, perteneciente a una aldea llamada “Barajas”. Al ser ésta abandonada, su término se repartió entre Torralba de Calatrava y Daimiel, quedando el límite en el mismo santuario, lo que dio origen a innumerables pleitos entre los dos pueblos, que tenían construidas sus respectivas ermitas contiguas. Finalmente, Torralba abandonó la suya.
La ermita de las Cruces fue objeto profundas transformaciones en la época del barroco, por lo cual lo único que puede apreciarse de su origen medieval es su cimentación y el arco de entrada al templo. Lo que también puede darnos una pista sobre la época de su primera construcción, es la descripción de la imagen primitiva de la Virgen que nos proporcionaron Inocente Hervás y Bernardo Portuondo. Era una escultura de mármol o alabastro, en pie, con el niño en el brazo izquierdo, perteneciente a un estadio muy desarrollado del gótico por la perfección de sus plegados. El niño Jesús acariciaba con su mano derecha la barbilla de la madre. Hervás la dató del siglo XIV y afirmó que era una de las esculturas más notables de la Mancha. Tras la guerra civil de 1936, de esta imagen sólo quedaron las cabezas de ambas figuras que fueron incorporadas a la imagen actual.
La fotografía, del año 1866, es probablemente la primera que se tomó a la sagrada efigie.
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