Retablo mayor. Parroquia de 
S. Juan Bautista y Sto. Domingo de Silos 
Chillón (Ciudad Real)

Sorprende, dada la importancia y categoría de este desaparecido retablo plateresco, la poca documentación existente acerca del mismo. Aparece ya mencionado en las Relaciones Topográficas, con fecha de 23 de marzo de 1579: “Al cuarenta capítulo decimos que en esta villa está una iglesia muy principal y un templo muy devoto en la iglesia mayor con un retablo de imágenes de bulto muy devotas,…”. Por su parte, Inocente Hervás nos dice en su Diccionario: “…su retablo mayor de la traza de Montañés y recientemente dorado”.

Construido a mediados del siglo XVI, parece segura la autoría de un maestro andaluz ya que esta parroquia perteneció a la diócesis de Córdoba hasta el año 1875. No es probable la influencia de Juan Martínez Montañés como apuntaba Hervás, porque el retablo sería algo anterior a la época de actividad del escultor. Presentaba ciertas analogías con otro retablo coetáneo conservado en la localidad cordobesa de Fuente Obejuna, aunque el de Chillón tenía mayor dinamismo en la distribución espacial de sus elementos. El clasicismo de las esculturas que han llegado hasta nosotros, lo aproximaban a la producción artística de Juan Bautista Vázquez “El Viejo” (1510-1588).

Constaba el retablo de una predela en el centro de la cual se alojaba el tabernáculo eucarístico. Sobre ésta, se levantaban tres cuerpos de desigual altura divididos verticalmente en cinco calles y horizontalmente en cuatro frisos con abundante decoración de grutescos y cabezas de ángeles. La calle central, más ancha que las laterales, sólo constaba de dos alturas: en su hornacina inferior, se alojaban las imágenes de los santos titulares y en la superior, una Concepción o Asunción de María. Las calles laterales estaban separadas en su primer cuerpo, por seis pequeñas hornacinas ocupadas por otras tantas esculturas. En el segundo cuerpo, la separación se efectuó mediante seis columnas abalaustradas y en el tercer cuerpo se ubicaron seis ángeles. Distribuidos por las cuatro calles laterales, se alojaban en hornacinas cerradas por conchas y en huecos circulares a modo de medallones, once grupos escultóricos que representaban pasajes de la vida de Cristo.

Finalmente el cuerpo superior o remate del retablo, estaba presidido por un calvario en correspondencia con la calle central, rematado por un frontón triangular donde aparecía la figura de Dios Padre. A los lados y a menor altura, se ubicaban dos escenas de la pasión rematadas por sendos medallones, todo ello completado con figuras de ángeles y santos ocupando los diferentes espacios de forma escalonada.

Llama la atención un elemento extraño que rompe la simetría del conjunto: ocupando casi dos cuerpos de la primera calle del lado izquierdo, aparece una suerte de doselete ochavado que recuerda la forma de un tabernáculo y cuya función desconocemos.

El retablo fue destruido casi en su totalidad en 1936, salvándose algunos elementos notables de la parte superior, conservados hoy en los museos parroquial y diocesano.

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(Fotografía facilitada por Don Juan Crespo)