Nuestra Señora de los Baños
Patrona de Fuencaliente (Ciudad Real)
La presencia de esta imagen y santuario se remonta a los tiempos de la reconquista y repoblación cristiana llevada a cabo por la Orden de Calatrava en estos territorios. A principios del siglo XIV (se asume la fecha de 1314 para la fundación del primer templo), la Orden estableció varios prioratos escogiendo preferentemente aquellas iglesias más veneradas. El Priorato de Fuencaliente, llamado en aquellos tiempos “Fuencalda”, fue fundado en 1369. Ello ya es indicativo de una historia previa, cuyo vacío documental pretendió llenar una piadosa leyenda, según la cual, esta imagen fue hallada por un soldado natural de Cabezarrubias, a su regreso de la batalla de las Navas de Tolosa (1212), junto a un manantial de aguas termales.
La descripción de la escultura que nos dejó Bernardo Portuondo en su Catálogo Monumental de la Provincia de Ciudad Real, parece reforzar esa datación: “(es ésta de muy cortas dimensiones, 45 centímetros), aparecen faltas de expresión las caras de la madre y el niño, tienen toscas las facciones, y más delgada la nariz la madre; hállase sentada ésta en silla, más semejante a arqueta, de corto respaldo (…); es de madera la talla; tiene los pliegues del manto un tanto naturales y el mismo terciado y recogido sobre las rodillas; lleva el niño en la rodilla izquierda sentado; las manos son toscas en la madre y en el niño; en éste la derecha bendiciendo y la izquierda formando una masa sin separación en los dedos que no parece dispuesta para sostener un libro, ni un pájaro, sino un globo (…), siendo indicio de ello también el modo como se apoya esta mano sobre el muslo; en la madre, la mano derecha ofrece un fruto, que aunque desfigurado, bien pudiera ser la manzana tradicional…”. Continúa describiendo indicios de restauraciones muy posteriores, tales como repintes, etc, concluyendo que a su juicio se trataba de una imagen de principios del siglo XIII, restaurada en el XVIII. La talla fue destruida en 1936.
La iglesia actual se levantó sobre la anterior en 1710 y tiene la particularidad de acoger en su interior, hacia los pies de la nave, el famoso manantial de aguas termales. Éstas son conducidas de manera que pasan bajo el altar mayor y son recogidas en un depósito ubicado bajo el camarín barroco de la Virgen, antes de pasar al balneario contiguo al templo.
En la presente fotografía, aparece la imagen revestida con ornamentos y piezas de orfebrería, según su particular iconografía.
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(Fotografía: colección Fray Antonio Trujillo OFM Cap)