Retablo del Cristo de Villajos
Campo de Criptana (Ciudad Real)
A juzgar por los documentos conservados y los hallazgos arqueológicos, Villajos fue un poblado de cierta importancia durante la Edad Media. Refiriéndose a los restos de murallas medievales aún visibles en 1890, Inocente Hervás dejó consignado lo siguiente: “Como testigo de la dominación agarena en Villajos queda aquél extenso cuadrilátero; aunque modificado por las construcciones cristianas, aún conserva en sus líneas el estilo propio de las fortalezas musulmanas,…”
Tras ser abandonada la aldea a finales de la Edad Media, quedó allí una iglesia dedicada a San Marcos, cuya imagen se veneró hasta mediados del siglo XVII, momento en el que comenzó a crecer la devoción comarcal hacia una imagen de Cristo Crucificado que allí se veneraba, de tal modo que eclipsó el culto del antiguo titular. La vieja iglesia se juzgó insuficiente; por lo cual fue ampliada en 1663, cambiando su advocación por la de “Cristo de Villajos”. De esta época procede una continua la pugna con el pueblo de Alcázar de San Juan, que también alegaba derechos sobre el santuario.
A partir de 1669 se adoptó por Patrono de la villa de El Campo y se estableció su fiesta en septiembre, en el domingo siguiente a la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
La presente fotografía nos proporciona una vista del presbiterio, separado de la nave por una cancela de hierro sobre la que campea la cruz de Santiago. Preside el espacio un retablo churrigueresco de dos cuerpos, divididos verticalmente por tres calles delimitadas por columnas salomónicas. Ocupa la hornacina central la imagen del Titular. Todo el conjunto fue pasto de las llamas durante el transcurso de la guerra civil española.
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